Sergio Gómez – nutricionista ortomolecular

Ya dije que es un «okupa» que se instala en tu casa sin que te hayas ido tu de ella. Dije que se aprovechaba de todo lo bueno que hay en ella y que a ti te deja sin nada o más bien, te deja las migajas.

Para empezar, la hipoxia es una deficiencia de oxígeno en sangre, células y tejidos que ponen en peligro su integridad. La hipoxia, ahora muy de moda en entrenamientos junto a la hiperoxia, se utiliza como estrés hormético en la mejora del rendimiento. Pero, la que se produce aquí es PELIGROSA Y RADICAL.

El tumor o célula tumoral, utiliza la hipoxia como medio de vida que asegure su supervivencia. Se activa el HIF (factor de hipoxia) y comienza todo. Comienza el intento del tumor por aislar la mitocondria cómo fuente de energía para nuestro organismo y moduladora de nuestro sistema inmune y control celular:

* No permite que haya oxígeno suficiente para que se pueda producir energía en ellas, dejando que sea la vía de glucolisis citosólica la que tome las riendas de la vía energética preferida.

* Esto provoca que la mitocondria no tenga posibilidad de poder generar energía a través del ciclo de Krebs. E incluso, otros factores merman pasos tan importantes como de succinato a fumarato rompiendo la cadena. Tampoco de la CTE (Cadena de Electrones) que es la gran impulsora de nuesta moneda energética ATP y por ende, de nuestro sistema inmune a través de los ROS.

* A su vez desconecta la enzima piruvato deshidrogenasa que es la enzima que permite la conversión de piruvato a Acetil CoA. Así convierte la glucosa en LACTATO, que es alcalina por dentro y ácida por fuera (y lo que conlleva).

* Utiliza incluso vías como la del glutamato (vía que tampona el ejercicio por cierto), incluso vías de aminoácidos esenciales y ácidos grasos. Por eso, la afirmación de que todos los cánceres son glucolíticos es un error de base. Contexto.

El tumor utiliza el oxígeno y crea sus propios vasos para proliferar y ramificarse. Una célula sana si es errónea se aisla de las demás para no «contagiar» a las demás, pues ésta todo lo contrario.

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